Cada curso, a finales de mayo, celebramos que un nuevo grupo de alumnos llega al final de un camino por el que hemos transitado juntos. Han sido años compartiendo,creciendo y aprendiendo. Años en los que os hemos visto cambiar, que han construido una relación de afecto siempre profunda.Nuestro pequeño gran colegio ha marcado vuestra vida y vosotros nos habéis modelado al mismo tiempo. En esta relación, que está viva por necesidad, nos hemos aportado experiencias mutuamente y ahora os miramos orgullosos. No podría ser de otro modo, pues hemos querido transmitiros lo mejor de cada uno de nosotros.
Y ahora que llegaba el momento de celebrar, un acontecimiento inesperado nos impide, por el momento, reunirnos en el acto de imposición de insignias. Queremos,sin embargo, que este 14 de mayo sea un día en el que os sintáis un poco
protagonistas y más especiales, si cabe.
Como lasalianos, todos tenemos presente que estamos en la semana dedicada a nuestro fundador y que normalmente tendríamos celebraciones en su honor. San Juan Bautista de La Salle creyó siempre en la educación como forma de llevar a los jóvenes hacia Dios, entendiendo que la Salvación se basa en un constante camino de mejora.

Los profesores de Secundaria y Bachillerato sorprendimos a los alumnos con un encuentro a través de videoconferencia, en el que celebramos este día tan especial. En cuanto sea posible, lo haremos en persona.
En representación de la clase, una alumna nos ha leído una emotiva carta, de la que queremos destacar dos frases:
 «Gracias a los que nos enseñaron que la vida es algo más que estudiar libros y hacer exámenes. Nos habéis enseñado que en la vida hay que pelear, que las cosas no se regalan. Nos habéis dado ganas de comernos el mundo, de descubrirlo
«Gracias a vosotros, mi segunda familia, por acompañarme durante estos 15 años de la mano que estamos a punto de soltar. Erais, sois y seréis una parte de mi para siempre, al fin y al cabo, lo que soy en parte es por vosotros. Sé que suena muy cliché decir esto, pero es verdad. Vosotros me habéis enseñado que hay multitudes de formas y colores de ver el mundo, me habéis enseñado que las personas necesitan tiempo para ser y gente con quien serlo, me habéis enseñado que la risa es algo muy contagioso e imprescindible para evadir problemas, me habéis enseñado que no todo el mundo merece la pena y que hay que aprender a escoger, me habéis enseñado que las cosas a veces necesitan más de dos manos para ser construidas, me habéis enseñado la evolución de ser desconocido a compañero.»
Estas palabras nos emocionan y alegran al observar en ellas la sensibilidad y el vínculo forjado a lo largo de los años dentro de la comunidad escolar. Indivisa Manent, el lema de La Salle, os acompañará siempre. 

Cuando os miramos, no podemos evitar ver a los niños que un día entraron temerosos por la puerta del colegio, que era casi como un mundo nuevo para ellos. Hoy pensamos que estáis llamados a trabajar en la construcción de un mundo mejor. Nos
enorgullecemos del carisma que os hemos transmitido, basado en la competencia, comprensión, el respeto, la solidaridad y la justicia. Creemos en vosotros, que sois cada vez más parte del presente y constructores del futuro en un mundo que está en
transformación.
Sabéis que siempre iremos con vosotros, como vuestro recuerdo permanecerá siempre entre estos muros más que centenarios. Generaciones de lasalianos os han precedido y otras muchas más vendrán. Vosotros sois únicos y especiales, cada uno a su manera. Defended vuestro valor, vuestro ser y misión, con el coraje necesario. Así llegaréis un día a mirar atrás, reconociendo en cada uno de vuestros pasos la presencia de Dios, que os acompaña desde el silencio.

Nosotros seguiremos aquí. Otros alumnos pasarán, pero ya no serán nunca iguales, porque vuestra presencia ha sido única y nos llena de alegría haber formado parte de vuestras vidas.

Viva Jesús en nuestros corazones…¡por siempre!