Un año más, nuestro centro pone en marcha el programa de Alumnos Ayuda, una iniciativa que forma parte de nuestro compromiso con la convivencia positiva y el acompañamiento entre iguales. Durante estos días hemos realizado las formaciones en Primaria y Secundaria con los grupos seleccionados, elegidos por sus propios compañeros por su capacidad de escucha, empatía y responsabilidad.
Los Alumnos Ayuda representan una figura clave dentro de la vida escolar. Son un valioso recurso humano que contribuye a mejorar el clima de aprendizaje, promover el bienestar emocional y fortalecer los lazos que nos unen como comunidad educativa. Su papel se basa en la ayuda mutua y la mediación entre iguales, aprovechando el potencial del propio alumnado para construir un entorno más inclusivo, tranquilo y seguro para todos. Este proyecto propio del centro cuenta con unas líneas de actuación muy claras. En primer lugar, los Alumnos Ayuda son alumnos que actúan como agentes prosociales: facilitan la comunicación, acompañan a quienes lo necesitan y favorecen la resolución de pequeños conflictos cotidianos. Su labor consiste en escuchar a compañeros que atraviesan momentos difíciles, apoyar a quien se siente triste o desanimado y mediar en desacuerdos leves, siempre desde el respeto y la responsabilidad.

Es importante recordar qué no es un Alumno Ayuda. No son vigilantes ni tienen una función sancionadora. Tampoco son “chivatos”: no buscan problemas para transmitirlos al profesorado, sino que realizan una primera intervención desde el diálogo y la ayuda, recurriendo a los adultos únicamente cuando la situación lo requiere.
Con este programa, seguimos fortaleciendo la inteligencia emocional de nuestro alumnado y educando en valores tan esenciales como la empatía, la participación y el esfuerzo colectivo. Un camino que recorremos juntos para construir cada día un colegio donde todos se sientan escuchados, valorados y acompañados.
