Otro año más ha transcurrido y una nueva generación de lasalianos sale al mundo, llenos de sueños y esperanzas.
Algunos de ellos con quince años compartidos entre nuestros muros, otros llegaron hace menos tiempo, pero todos forman ahora parte la familia La Salle, que ahora los mira con el orgullo de quien siente cumplida su misión.

Son precisamente nuestros alumnos el objeto de nuestra vocación docente. Los acompañamos a lo largo del tiempo, viéndolos crecer y madurar. En estos momentos en los que se prestan a abandonar nuestro colegio para comenzar su formación superior, no podemos dejar de emocionarnos con recuerdos y anécdotas que jalonan el tiempo compartido.  Ellos son el futuro, de La Salle y del mundo.


El pasado 14 de mayo tuvimos la graduación de 2º de Bachillerato, con la que quisimos celebrar y reconocer el amor que profesamos por todos aquellos que nos han sido encomendados. En el patio del colegio, disfrutando de un día benigno, el acto se llenó de emotividad.

Los tradicionales discursos recordaron a nuestros alumnos qué espera de ellos esta comunidad escolar, formada por familias y profesores. Nuestra directora, Dña. Adela Vilches, les recordó la herencia lasaliana que les ha sido depositada, invitándoles a ser personas comprometidas y socialmente valiosas. Los representantes de los padres les ensalzaron la importancia de la libertad y la responsabilidad que ella conlleva, para darle su verdadera dimensión humana alejada del capricho. Nuestros alumnos, no podía ser de otra forma, se refirieron al tiempo y los momentos compartidos que vivieron estos años.

Chicos, os deseamos todo lo mejor. Algo de vosotros quedará entre estos muros, que siempre serán vuestra casa, igual que en vosotros quedará siempre el recuerdo del colegio.

Viva Jesús en nuestros corazones.
¡Por Siempre!