El pasado 10 de octubre tuvieron lugar en el colegio las convivencias de los alumnos de 1º y 2º de Bachillerato. Este día ofreció para todos, alumnos y tutores, una valiosa oportunidad, para fomentar el compañerismo y fortalecer las relaciones entre los estudiantes y el personal educativo. Tuvimos distintos momentos, algunos desarrollados en el centro educativo y otros en el cercano parque del Oeste, que ofrece como aliciente a esta jornada de encuentro, la posibilidad de conectar con la naturaleza, favoreciendo todo tipo de dinámicas, tanto las que implican más movimiento, como aquellas que llevan a una mayor reflexión y encuentro personal.

Este tipo de actividades promueven un ambiente de respeto y cooperación, que es fundamental para el desarrollo integral de los estudiantes. Durante las convivencias, los alumnos tienen la oportunidad de interactuar en un entorno más relajado y libre de las presiones académicas, lo que les permite conocerse mejor, crear lazos de amistad y aprender a trabajar en equipo. La colaboración y la empatía que se desarrollan en estas jornadas pueden tener un impacto duradero en el ambiente escolar, favoreciendo una mejor convivencia en el día a día durante el curso.

Otro aspecto positivo es el desarrollo de habilidades sociales y emocionales. A través de actividades dinámicas, juegos y ejercicios de comunicación, los estudiantes aprenden a gestionar conflictos, expresar sus emociones de manera adecuada y escuchar a los demás. Estas habilidades son esenciales no solo en el ámbito escolar, sino también en su vida personal y futura, y favorecen el respeto por la diversidad y la interacción con todos los compañeros, enriqueciendo la comprensión y tolerancia hacia los demás.

 

 

Además, las convivencias en el colegio refuerzan el sentido de pertenencia. Los estudiantes se sienten parte de una comunidad cuando participan en actividades conjuntas, lo que fortalece su vínculo con el colegio. Este sentido de pertenencia es clave para aumentar la motivación y el compromiso académico, tan importante en los últimos cursos y en especial en bachillerato.

Finalmente, las convivencias también tienen un impacto positivo en la relación entre profesores y alumnos. Fuera del entorno habitual del aula, los docentes tienen la oportunidad de interactuar con los estudiantes de manera más informal y cercana. Esto contribuye a la construcción de relaciones basadas en la confianza y el respeto mutuo, lo que facilita la comunicación y el aprendizaje en el aula. Los profesores pueden conocer mejor a sus estudiantes, entender sus intereses y necesidades, y los alumnos pueden ver a sus docentes en un rol más accesible y humano, lo que fortalece el vínculo entre ambos.