Fauvismo, surrealismo, expresionismo, dadaísmo, futurismo… Esta semana los alumnos de 4º de ESO se han puesto bajo la piel de los vanguardistas, aquellos creadores “locos” y geniales que en las primeras décadas del siglo XX decidieron poner patas arribas el mundo del arte y la literatura.
Aprovechando que tanto en la asignatura de Historia como la de Lengua Castellana y Literatura hemos estado estudiando esos movimientos que hace alrededor de cien años permitieron la entrada en el arte de la libertad total, la imaginación desatada, el humor, y hasta el azar, hemos decidido ponernos nosotros mismos manos a la obra y realizar nuestras propias creaciones poéticas vanguardistas. Así, cada grupo de trabajo ha investigado algunos de los “ismos” más relevantes (futurismo, surrealismo, cubismo y dadaísmo): quiénes fueron sus promotores e integrantes, cuáles eran sus ideas y objetivos artísticos, en qué consistían sus creaciones…
Posteriormente, se han lanzado a crear sus propios poemas según las diferentes técnicas de cada vanguardia. Por ejemplo, los poetas cubistas fueron creadores de los ingeniosos caligramas, poemas visuales en los que los versos dibujan la silueta del objeto del que habla el texto.
Los surrealistas querían librar el proceso creativo del control de la razón y dar rienda suelta a nuestra imaginación. Para ello se servían de la escritura automática, método que consiste en empezar a escribir lo que se pase por la cabeza, sin preocuparse de si tiene sentido o no. Otro de los juegos literarios preferidos de los surrealistas era el cadáver exquisito: aquí, un grupo de escritores crea un poema colectivo en el que cada uno se turna para escribir una frase y luego se la pasa al compañero… ¡Pero ojo! Solo puedes ver la última frase que se ha escrito, sin conocer el resto del texto, y tienes que utilizar tu intuición creadora para proseguir. ¡Los resultados son espectaculares!
Según Tristan Tzara, para crear un poema dadá tienes que coger un periódico, recortar un buen puñado de palabras, meterlas en una bolsa e ir sacando una a una de manera totalmente aleatoria. Las palabras que saques y el orden en que aparezcan serán tu poema dadá. Además, también podemos aplicar una técnica tan vanguardista como el collage.
En fin, gracias a los vanguardistas hemos aprendido que en la literatura y el arte también tiene gran importancia el juego, el azar, y sobre todo la libertad creativa y la imaginación sin límites. ¿Os animáis a realizar vuestras propias obras vanguardistas?