Para la vuelta de estas vacaciones, el cambio metodológico que implica el Nuevo Contexto de Aprendizaje en 1º de ESO arranca con una actividad de lo más original, interesante y sugerente: ¡Todas las materias se unen en una experiencia prehistórica!

Desde nuestras aulas, los alumnos han viajado al pasado, 250 mil años atrás, acompañados del paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga y fragmentos de la obra El clan del oso cavernario de Jean M. Auel. Se pusieron en la piel de nuestros ancestros, divididos en clanes de Neandertales y Homo Sapiens, en un apasionante juego de rol en el que, cada estudiante asume una determinada responsabilidad dentro de su clan. A través de diversas actividades sobre los aspectos de la vida cotidiana del clan, y diferentes retos de cómo solucionar los problemas que se encontraban, iban adquiriendo o perdiendo puntos que determinaban su supervivencia como especie.

Comenzaron experimentando las características físicas diferenciadas entre especies (pulgar oponible, bipedismo, fuerza, inteligencia…), ¡Hasta construyeron sus propias cuevas! Aprendieron cuáles eran los distintos miembros de sus clanes; cuál era su jerarquía y cómo interactuaban como colectividad. Cómo se refugiaban, trabajaban y cazaban-recolectaban para conseguir alimento o elaborar su textil.

Incluso, como miembros de una familia, han pasado por el duro trance de la pérdida de algún ser querido. Han honrado su recuerdo, y para ello modelaron piezas de barro, con las que acompañaron, simbólicamente y dieron el último adiós, a su miembro fallecido.

Fueron capaces de entender, a través de las herramientas propias de la época (que ellos mismos han tenido que construir), cómo nuestros antepasados se desenvolvían en el medio, cuáles eran los utensilios de su vida cotidiana y su finalidad, e incluso su perfeccionamiento y evolución a lo largo de las distintas etapas de la Prehistoria. Sobre todo, han vivido de primera mano las dificultades que como especie hemos superado para llegar hasta nuestros días, adquiriendo conocimientos, habilidades y destrezas que nos van a permitir transformar el mundo.

Para el recuerdo, los alumnos plasman sus experiencias con representaciones artísticas, del mismo modo que en la actualidad conservamos las valiosas pinturas rupestres. Estas representaciones nos enseñan el valor de la conservación de una especie extinta, para poder conocer la evolución desde nuestros antepasados hasta la actualidad.

El alumno vive y se siente protagonista de la Prehistoria, igual que lo es de su propio aprendizaje. Pero todo el camino no está solo sino con un gran clan al lado, en el que gracias al trabajo en equipo, consiguen resolver los problemas de la supervivencia, y también de la convivencia, desarrollando un sentimiento de grupo, y de responsabilidad, presente en el momento preciso de toma de decisiones.

La aventura continúa en las aulas renovadas de La Salle. ¡Síguenos para saber cómo disfrutan nuestros alumnos!