Estimados miembros de la comunidad educativa,
El 7 de abril es una de las fechas esenciales dentro del calendario de todo lasaliano. Es el día en que San Juan Bautista de La Salle entregó su alma a Dios y su testigo fue recogido por nuevas generaciones que hasta el día de hoy seguimos preservando su ideal. La Salle soñó y sigue soñando con llevar a los niños una educación humana y cristiana.

Hoy hace un año que celebrábamos en el colegio y en el Madrid Arena los 300 años de este acontecimiento, con un gran evento que nos hizo sentirnos unidos en torno a “un corazón, un compromiso, una vida”.
Este 301 nos encontramos en una situación completamente diferente a aquella que hizo sonreír al unísono a más de 3000 personas reunidas en torno a una celebración. Son tiempos novedosos, que nos han llevado a la reflexión sobre aquello que hacemos cotidianamente en el aula, buscando dar nuevas respuestas a los nuevos retos con los que nos hemos encontrado súbitamente.
Nuestro lema de este año, “Imagina”, también nos presenta una nueva oportunidad de hacer grandes cosas y sentirnos protagonistas del proyecto que creo San Juan Bautista de La Salle hace tantos años. El buscó respuestas educativas a las demandas de la sociedad de entonces y nosotros seguimos buscamos respuestas creativas e innovadoras para la sociedad en la que vivimos y para el momento que nos toca afrontar juntos.
La Salle somos todos y por eso queremos también daros las gracias en un día como hoy. Gracias por haber respondido tan bien a las propuestas que los miembros del claustro os hemos hecho llegar. Gracias por vuestra paciencia y comprensión. Gracias por cuidar de los niños con tanto amor como lo estáis haciendo. Gracias, porque a pesar de la difícil situación que atravesamos, estamos seguros que intentáis suavizar la experiencia a vuestros hijos.
Este año transcurrido después del tricentenario, es la mejor prueba de que la obra de San Juan Bautista de La Salle sigue viva en todos y cada uno de los que formamos parte de esta comunidad. Las fuerzas siguen y se perciben en cada ilusión cotidiana. Pronto volveremos a vernos y sentirnos familia.
Rezamos para que toda nuestra familia lasaliana sobrelleve estos momentos con fortaleza, sensibilidad y mucho cariño hacia los que nos rodean.

Un afectuoso saludo,
Adela Vilches Moraga