A menudo, solemos dar por hecho que nuestros niños y niñas no pueden llevar a cabo según qué actividades por sí solos en edades tempranas. Pero si nos preocupamos por estimular y dar creatividad a sus acciones, podremos comprobar que su inteligencia y creatividad va mucho más allá de lo que podemos pensar.
Podríamos decir que los niños y niñas son creativos por naturaleza. Poseen en su creatividad una capacidad innata a través de la cual irán descubriendo sus posibilidades. Decía Frederick Bartlett que la “creatividad equivale a un espíritu emprendedor que se aparta del camino principal, rompe el molde, está abierto a la experiencia y permite que una cosa lleve a la otra”.
En Educación Infantil creemos en el hecho de explorar y potenciar no solo las capacidades de percepción de nuestros niños sino de mantener su impulso para llevar a cabo acciones creativas. Tratamos de hallar una razón para sus invenciones que nos permitan siempre “justificar” sus producciones y elevarlas a estado de “pequeña grandeza”.
De esta manera, nuestro día a día discurre entre actividades y dinámicas que potencian la personalidad, espontaneidad y comunicación. Hemos buceado entre nuestros recursos y hemos explotado al máximo el juego, la literatura, los torbellinos de ideas… con una finalidad clara: obtener de nuestros alumnos un crecimiento sano, feliz y libre.
Podríamos decir que hemos aceptado la necesidad de redefinirnos cada día con entereza e ilusión, de reinventarnos en las actividades que realizamos, de dar fluidez a las ideas y respuestas que evocan nuestros alumnos. Ayudamos a crecer a nuestros niños y niñas, a confiar en sí mismos y en sus posibilidades de acción.
Centrar los esfuerzos en estimular los potenciales creativos de nuestros niños, no ha sido ni es tarea fácil. Desarrollar contextos educativos potencialmente estimulantes ha sido nuestro desafío para este curso, así como aunar en una misma experiencia de aula términos clave como creatividad, docencia, cultura y aprendizaje.
Podemos decir que en un mundo en el que todo es posible, como es el mundo de ebullición de los niños, ¡lo hemos conseguido!
Rodeados de producciones plásticas de potencialidad expresiva como éstas… rozamos un final de un curso repleto de momentos de satisfacción y de crecimiento personal porque no olvidemos… el cambio está en la mirada.