Para los cristianos Cuaresma es un tiempo de renovación. Estos cuarenta días que transcurren desde el Miércoles de Ceniza hasta el Viernes de Dolores son un tiempo en el cual estamos llamados a reflexionar sobre aquellas cosas que debemos cambiar en nuestra vida para dejarlas morir y resucitar como nuevas personas.
Dios tiene esperanza en sus hijos. Él quiso para nosotros un reino de justicia y amor, pero dejándonos el espacio para obrar con autonomía, pues esta nos confiere la dignidad que como personas tenemos desde el primer momento.
La historia nunca ha sido fácil, pero claro está que es en estos tiempos tan extraños que nos ha tocado vivir cuando Dios llama a nuestra puerta con especial interés, interpelándonos directamente. Estamos llamados a tomar parte en su proyecto de amor. En la construcción del Reino de Dios entre los hombres.

Trabajar en el proyecto de salvación implica cambiar a partir de la realidad más inmediata.

Debemos comenzar a transformar el mundo por el prójimo, aquellos que tenemos más cerca y en los que muchas veces no reparamos adecuadamente. Oremos en esta Cuaresma y pidamos a Dios templanza para no a actuar sin moderación, prudencia para entender a los demás y acompañarlos personalmente, justicia para guiar nuestros actos y fortaleza para perseverar.
Con fe en los demás, la caridad como entrega sincera de uno mismo y esperanza en el futuro, podemos dar forma a una relación fraternal entre los hombres que haga sonreír a Dios padre.
Nosotros queremos sumarnos a este proyecto ¿Y tú qué eliges? ¡Contamos contigo!